domingo, 5 de noviembre de 2017

IDENTIDAD – ERIK ERIKSON



CONCEPTO DE IDENTIDAD PERSONAL

La identidad es un proceso complejo que se realiza en la interacción con otros.

Como señala Erikson:

“La formación de la identidad emplea un proceso de reflexión y observación simultáneas que tiene lugar en todos los niveles del funcionamiento mental. Según este proceso, el individuo se juzga a sí mismo a la luz de lo que percibe como la manera en que los otros lo juzgan a él comparándolo con ellos y en los términos de una tipología significativa para estos últimos, por otra parte, juzga la manera en que los otros lo juzgan a él, a la luz del modo en que se percibe en comparación con los otros y en relación con tipos que han llegado a ser importantes para él.

Por suerte este proceso es, en su mayor parte, inconsciente...”

 LA IDENTIDAD REPRESENTA:

• “La percepción de la mismidad y continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el espacio, y la percepción del hecho que otros reconocen esa mismidad”.

 Cinco puntos importantes a considerar sobre la identidad:

• La identidad se construye en la interacción con otros.

• La identidad es una definición socialmente construida del ser.

• En la definición son centrales: la mismidad o sentido del ser, la continuidad espacio-temporal y reconocimiento por otros de la existencia.

• La identidad es un fenómeno eminentemente subjetivo que contiene un fuerte componente emocional.

• La formación de la identidad implica un proceso de reconocimiento y valoración de la propia individualidad, por lo que se asocia muy estrechamente a la autoestima.


LA IDENTIDAD DESDE UN PUNTO DE VISTA SOCIAL


Desde un punto de vista social la identidad puede definirse como: el sistema unitario de representaciones de sí elaboradas a lo largo de la vida de las personas a través de las cuales se reconocen a sí mismas y son reconocidas por los demás, como individuos particulares y como miembros de categorías sociales distintivas. La identidad es el principio a través del cual el sujeto define lo que es y lo que es para otros.


 Una de las dimensiones clasificatorias principales de la identidad es el género. Muy temprano en el desarrollo de la identidad personal los sujetos se piensan en tanto mujeres y hombres.

 En sociedades complejas los sujetos suelen tener sentimientos de pertenencia respecto de una diversidad de grupos o categorías sociales. Las identidades desde este punto de vista son múltiples y pueden vincular a los sujetos con una diversidad de grupos sociales, desde los más próximos al más inclusivo como es la humanidad.


 La noción de identidad como sentido de pertenencia a un determinado grupo cultural tiene sus orígenes en Freud. Actualmente es una noción que se utiliza en diversas ciencias sociales, especialmente en historia, sociología y antropología.





CONCEPCIÓN DE SUJETO - ENRIQUE PICHÓN RIVIÉRE




LA PSICOLOGIA SOCIAL COMO ANALISIS DE LA VIDA COTIDIANA Y LA CONCEPCION DEL SUJETO

Enrique Pichón Riviére ve a la psicología social como un análisis crítico de la vida cotidiana.
Pichón Riviére fundamenta una psicología y la define como social, a partir de una concepción de sujeto como social e históricamente determinado, configurándose en un interjuego con un contexto que se da a su experiencia siempre interpenetrado de vínculos y relaciones sociales.

Este interjuego tiene como fundamento una contradicción inherente al sujeto en tanto organismo vivo: contradicción entre necesidad y satisfacción. Es la necesidad la que promueve la relación activa con el mundo externo, con el otro, en la búsqueda de la fuente de gratificación. Esa contradicción intrínseca es la que remite a la dialéctica sujeto-contexto, en la que el sujeto se configura.

El hombre es un ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente, en relaciones que lo determinan. Nada hay en él que no sea resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases. “Ana Quiroga”, también entiende al hombre al igual que Pichón como configurándose en una actividad transformadora, en una relación dialéctica, mutuamente modificante con el mundo, que se da siempre a su experiencia como mundo social, es decir, entretejidos de vínculos y relaciones social. Esa relación dialéctica tiene su motor en la necesidad.

La concepción pichoniana del sujeto lo define como emergente, configurado en un sistema vincular-social a partir del interjuego fundante entre la necesidad y la satisfacción, interjuego a que su vez remite a la dialéctica intersubjetiva. Es decir, que la dialéctica esencial, constitutiva de lo subjetivo, tiene como sustancia la interpretación de dos pares contradictorios:


A)- Necesidad y Satisfacción
B)- Sujeto-y  Contexto Vincular-Social

En el que emerge y se resuelve en una relación con el otro, esa contradicción básica entre la necesidad y la satisfacción.

La necesidad sería, un elemento del orden biológico, en principio, el que remite a la base material, orgánica del comportamiento del sujeto.

La satisfacción, a la que sólo se accede en la experiencia con el otro, es eminentemente social, vincular.

La contradicción entre necesidad y su opuesto se da en el interior del sujeto, pero en tanto la fuente de gratificación le es exterior, esta contradicción promueve la relación con el mundo externo, en la búsqueda de la fuente de gratificación. La necesidad aparece como el fundamento motivacional de toda experiencia de contacto, de todo aprendizaje, de todo vínculo.

Podríamos pensar que en la elaboración de esta concepción del sujeto se articularon, una práctica clínica y una concepción del mundo que se constituye como conocimiento objetivo en tanto da cuenta de la estructura de lo real al esclarecer las relaciones entre la naturaleza, hombre y sociedad.

Según esta concepción, el hombre en función de su particular organización biológica es productor de su vida material en una doble relación: con la naturaleza y con los otros hombres.
 El hombre es naturaleza, porque emerge de ella transformándola y transformándose a partir del trabajo y en la producción de bienes necesarios para su subsistencia, en la que se apropia de la naturaleza modificándola en vista de sus necesidades. Este proceso sólo puede cumplirse en relaciones necesarias con otros hombres. En esta doble relación el hombre no es sólo productor protagonista de la praxis de la historia. Es también producido, determinado. Es en el seno de estas relaciones donde emerge el psiquismo como interiorización de las mismas, como instancia y función representacional que dará luego lugar al surgimiento del pensamiento, el lenguaje y las distintas formas de simbolización. Ellas fundamentan las formas de la conciencia social, el orden jurídico político, las significaciones sociales. De ahí la afirmación que la naturaleza humana es una esencia social e históricamente determinada. Las relaciones sociales al organizar y determinar, según sus fines, la experiencia de los sujetos que las establecen, determinan en forma y contenido los vínculos interpersonales, la organización familiar, las instituciones. Gobiernan el proceso de constitución de la subjetividad.


LA CRÍTICA DE LA VIDA COTIDIANA:

Es desnaturalizar los saberes e ideas en relación al género y otros aspectos de la vida cotidiana, por ello este pensamiento está dentro de las ciencias sociales llamada “Critica de la Vida Cotidiana”. Esta corriente sostiene que en lo cotidiano de la actividad humana, se instala un mecanismo irreflexivo e inconsciente, lo cual produce esa relación de desconocimiento que tenemos de nuestra propia cotidianeidad, quedando encubierta por el mecanismo de lo obvio, impidiendo su conocimiento. Desde la “Critica de la Vida Cotidiana” es posible Conocer lo real y romper con ese mecanismo irreflexivo.


UNA CONCEPCIÓN DE SUJETO:

Coincidimos con la postura de que a toda práctica que se realice en el campo de lo social , subyace una concepción de sujeto, una hipótesis acerca del origen de ese conjunto de procesos que instituyen el  orden histórico social en el que vivimos, el orden de la cultura, es decir de lo específicamente humano”. Para la realización de esta experiencia partimos entonces de una concepción de ser humano (mujer y hombre) como un “ser de necesidades que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan; nada hay en el que no sea resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases”. Mujeres y hombres van configurándose en una relación dialéctica, mutuamente modificante con el mundo, que se da siempre en un entretejido de vínculos y relaciones sociales”. Entendemos, en consecuencia, que hombres y mujeres son protagonistas de la historia y capaces de transformarla.

CONCEPTO DE SEXO:

Son las características biológicas (anatómicas, fisiológicas y genéticas) con las cuales nacemos y que nos definen como un macho o una hembra. El sexo pertenece al orden de la naturaleza. Hasta el actual estado de evolución de la ciencia, el sexo de una persona no puede ser cambiado: aunque se someta a una operación de cambio de sexo (genitales), ese hombre no podrá producir óvulos, ni engendrar vida en su interior; o esa mujer, no podrá producir espermatozoides ni fecundar. Cuando llegue ese grado de avance científico, otro será el debate.

CONCEPTO DE GÉNEROS:

Son las características que cada sociedad y cada época atribuye a hombres y mujeres, las cuales debemos aprender”. “Es el conjunto de características psicológicas, sociales y culturales que definen lo femenino y lo masculino. Se trata de todos aquellos comportamientos, valores actitudes, sentimientos que la cultura considera como propios de los varones y las mujeres”. Influye en todas las áreas de la vida cotidiana de las personas, en la construcción de la identidad, conformación de valores, actitudes, sentimientos, conductas y en las actividades diferentes para cada Sexo

¿GÉNERO ES IGUAL QUE SEXO?

El concepto género, como categoría social, es diferente del concepto sexo. El estudio de la sociedad humana y de los vínculos entre hombres y mujeres ha aportado que, sobre la base de las diferencias biológicas, lo que se entiende por mujer y por hombre, puede ser muy diferente según las épocas y las culturas.

Persiste aun, una identificación de las diferencias biológicas, que distinguen a mujeres y hombres, con los comportamientos diferentes de ambos. Comportamientos que han sido aprendidos y no adquiridos, como lo son las diferencias biológicas entre los sexos.

Es decir, se cree que mujeres y varones se comportan de un determinado modo por causas que responden a su constitución biológica y no por que hayan aprendido que serlo (hombre-mujer) implica responder a determinadas pautas sociales y conductas enseriadas culturalmente como propias de lo femenino y lo masculino.

Entonces, las imágenes, actitudes y comportamiento propias de cada género se establecen a partir del sexo (características biológicas) y por este motivo parece que fueran naturales y, por ende, inmutables.

CONSTRUCCIÓN DE GÉNERO:

No hay una relación determinante entre el sexo de una persona y la capacidad de realizar una tarea, esto podría definirse como un mito.

Sin embargo, la construcción de género lleva a que cada persona (mujer o varón) haga lo que se espera de él y cuando esto no ocurre, se ponga en riesgo la pertenencia al grupo y hasta la propia identidad. Esta construcción cultural que determina lo masculino y lo femenino, y que se llama construcción de género, está hecha a partir de las diferencias biológicas.

Veamos algunos ejemplos: La capacidad de amamantar un bebé, dada por la biología a las mujeres, es diferente a la tarea de cuidar a los niños, asignada comúnmente a las mujeres pero que podemos hacer mujeres y hombres. Como los varones han desarrollado históricamente la mayor parte de las actividades en los espacios públicos, debatiendo e interactuando con otros, se dice que tiene condiciones “naturales” para el liderazgo o para hablar en público.” Como veremos el género esta determinado no solo por la cultura sino también por la época social e histórica.

Así, a lo largo de la historia y en las diferentes culturas del mundo, se han atribuido ciertos roles y estereotipos sociales a hombres y mujeres basados en supuestas causas naturales. Por ejemplo estas citas dan cuenta de lo descripto anteriormente:

Las buenas mujeres son obedientes y guardan en secreto lo que Alá ha guardado. En cuanta a aquellas que temáis que se rebelen, amonestadlas, haced que duerman en camas separadas y azotadlas.” (El Corán, 4,34 CA. 650d.C.).

Sintetizando, las diferencias entre mujeres y hombres, a excepción de las diferencias anatómicas: genitales, senos, vello, etc. y las funciones biológicas como parir, amamantar y fecundar, se pueden cambiar. Entonces no está determinado por la naturaleza que un sexo tenga más ventajas y privilegios que otro. Por lo tanto, debido a su carácter social e histórico (no natural), partimos de la concepción de que los roles de género se aprenden, son dinámicos, cambiantes y susceptibles de transformación. Como también, y por esta misma razón, se pueden cambiar las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres.

¿CÓMO APRENDEMOS A SER VARONES Y MUJERES?

Aprendemos a partir de los procesos de socialización de género que tienen lugar en las distintas instituciones e instancias de nuestra sociedad, entre ellas, la familia, la escuela, la religión, los medios de difusión social, los partidos políticos, el mercado de trabajo, la educación, etc.

A través del lenguaje también se construyen, reproducen y socializan las características definitorias del género femenino y masculino y sus respectivas valoraciones sociales. Por ejemplo: Por qué decimos los profesores y no hablamos del profesorado?, nuestro lenguaje está plagado de expresiones en las que lo masculino siempre es valorado y, lo que es peor, aprendido como algo positivo y superior a todo lo relativo al universo femenino. En los 83.500 vocablos que incluye la última edición del Diccionario de la Lengua Española predomina un carácter androcéntrica; además de definiciones inadecuadas; del uso casi exclusivo del masculino en los ejemplos y de la utilización del femenino con matiz discriminatorio.

Así el significado de “hombre público” es: “él que interviene públicamente en los negocios políticos”. Pero “mujer pública” es: una “ramera”; ramera es: “mujer que por oficio tiene relación carnal con hombres; mujer lasciva” y ramera es: “halcón pequeño que salta de rama en rama”, por citar algunos ejemplos.

ROLES DE GÉNERO:

Son la asignación constante de algunas funciones, actividades, atributos y competencias, a las mujeres ya los hombres, de acuerdo con condiciones supuestamente naturales.

“Los roles asignados por la sociedad a cada género son el fundamento de la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, la cual se manifiesta, sobre todo, en la división sexual del trabajo y la exclusión de las mujeres de los mecanismos ce poder”.

Estos condicionamientos sociales son trabas que limitan a las mujeres en el acceso a puestos políticos, a asumir cargos a tiempo completo, limitando su poder y autonomía. “En todas partes del mundo y en todas las esferas sociales, las relaciones de género se expresan en mayor poder de los hombres frente a las mujeres.
Varones y mujeres somos diferentes, pero en la sociedad capitalista y patriarcal esas diferencias se convierten en desigualdades y arbitrariedades.”

¿QUÉ SON LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO?

Lo que la sociedad espera sobre las conductas de varones y mujeres es que estas respondan a determinadas características o modelos adjudicados que lo definen como tal. Estos modelos son tipificaciones sociales o estereotipos del ideal masculino y femenino. Los estereotipos expresan representaciones simplificadas; es decir que son descripciones parciales, porque destacan solamente algunas características y las muestran como si fueran universales, como el modelo o el ideal que todas y todos debemos alcanzar “para ser una mujer o ser un varón”.
Ejemplos: Mujer madre, esposa y ama de casa, dulce y abnegada; varón exitoso económicamente, valiente y seguro de sí mismo.

“El estereotipo femenino señala cuales son las conductas esperadas de una mujer en nuestra sociedad. Se espera que esta sea dependiente, pasiva, temerosa, etc., cualidades que a la vez son poco valoradas socialmente”.


¿QUÉ ES EL ENFOQUE O PERSPECTIVA DE GÉNERO?

“Es, estudiar los procesos de interacción y dinámicas sociales haciendo visibles las formas de inequidad entre hombres y mujeres, poniendo bajo reflexión esta realidad para su transformación”17; por lo tanto, nos permite comprender los procesos e instituciones oficiales que producen y reproducen la desigualdad de género. Es un instrumento para acercarse a mirar la realidad, poniendo en cuestión las relaciones de poder que se establecen entre los géneros y en las relaciones sociales en general. Implica entonces desnaturalizar la percepción que se tiene del ser varón o mujer, de-construir y pensar de otro modo los lugares que estos pueden ocupar en la sociedad, requiere necesariamente hacer crítico de lo cotidiano. 



 BIBLIOGRAFIA



Ø  E. Erikson, 1968. Identidad, juventud y crisis, Editorial Paidos, Buenos Aires, p.19
Ø  Quiroga Ana “Enfoque y Perspectiva de la Psicología Social” Ediciones Cinco 1999
Ø  Racedo Josefina ; Ana Quiroga “Critica a la Vida Cotidiana”  Ediciones Cinco 1985
Ø  Manual de Capacitación en Equidad se Genero  , Agencia Española de Cooperación Internacional , Santo Domingo 2004

1 comentario:

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